Salmo 80; 2 Samuel 7:1-17; Hechos 18:1-11; Marcos 8:11-21
Jesús está a punto de perder los nervios. Está claro que ha perdido la paciencia. ¿Por qué pides una señal?" "¿Por qué sigues hablando de pan?" "¿No recuerdas nada? Cuando no quieres escuchar la verdad, no lo harás; ni siquiera si te la gritan al oído, ni si te la ponen delante de los ojos. Si eliges creer que la Tierra es plana y se sostiene sobre la espalda de una torre de tortugas que se tambalea, ninguna explicación sobre la gravedad y los patrones de las órbitas planetarias te hará cambiar de opinión. Porque una vez que te has cerrado a la verdad, ésta no entrará por la fuerza en tu alma. Jesús puede estar fuera y llamar, pero no derribará tu puerta y se meterá a la fuerza en la cocina para prepararte el desayuno. Y amigos, hay mucha gente por ahí vendiendo mentiras en estos días, y gritando en voz alta mientras lo hacen que son los únicos lo suficientemente valientes para decir la verdad.
Hay un oscuro pasaje en Isaías 5: "¡Ay de los que atraen la iniquidad con cuerdas de vanidad, y el pecado como si fuera una cuerda de carro! Que dicen: "Que se apresure y acelere su obra, para que la veamos; y que se acerque y venga el consejo del Santo de Israel, para que lo conozcamos". Ay de los que llaman al mal bien, y al bien mal; que ponen las tinieblas por luz, y la luz por tinieblas; que ponen lo amargo por dulce, y lo dulce por amargo". Es muy oscuro porque la imagen es muy extraña. Básicamente, está diciendo: "Ay de vosotros, que os esforzáis el doble en ser malos que en hacer el bien, que arrastráis el pecado como si fuera una carga preciosa, que exigís que Dios lo deje todo claro como el cristal, que tergiversáis la verdad para vuestros propios fines". Ay de los que llaman mentira a la verdad y llaman verdad a la mentira. Porque se ciegan a sí mismos y a todos los que los escuchan a lo que realmente está sucediendo frente a nuestros ojos. Porque hacen que Jesús suspire y pierda la paciencia, y tal vez incluso su temperamento...
